viernes, 7 de marzo de 2014

"Los peregrinos de la Meca" de Gluck en Salzburgo

Este artículo hubiera tenido que aparecer en El estornino de Mozart de enero de 2014, número que no se ha publicado. Mucho me temo que podemos tardar bastante en ver nuevos números de la revista. No sé las causas, aunque me imagino que la falta de colaboraciones ha tenido mucho que ver en la decisión de @Tono_Menor de aparcar, esperemos que de momento, su revista.

No tenía claro si publicar el artículo en el blog, al final, siendo una obra bastante desconocida y siendo además 2014 Año Gluck, he pensado que valía la pena retocar un poco el artículo original y adaptarlo al las características del blog.

Aclarado el retraso de un artículo que se basa en el comentario de una representación que tuve la suerte de presenciar el 1 de diciembre de 2013, vamos con la ópera turca, que es lo que interesa. Quiero agradecer la amable colaboración de la Oficina de Prensa del Teatro Estatal de Salzburgo (Pressebereich des Salzburger Landestheaters) por permitir el uso de las imágenes de la representación.

Christoph Willibald Gluck (1775)

Para el público actual puede resultar sorprendente saber que en los siglos XVIII y XIX hubo una gran cantidad de subgéneros dentro de la ópera. Actualmente sólo parecen existir dos, tragedias, las más, y comedias. Pero, igual que el cine ha habido géneros tan dispares como el western o la ciencia-ficción, en la opera ocurrió exactamente lo mismo.

Uno de los géneros más curiosos fue la opera de ambiente turco, muy de moda en la Viena del siglo XVIII, quizá porque los turcos se quedaron a las puertas de Viena y Eugenio de Saboya y sus tropas consiguieron vencerlos e ir reconquistanto otras ciudades como la actual Budapest, de lo contrario, en Viena hubieran tenido mucha música turca original y quizá no hubiera sido tan popular.

Cuando pensamos en este género turco, nos viene a la cabeza inmediatamente El rapto en el Serrallo de Mozart, estrenada en Viena en 1782. Sin embargo, la obra de la que vamos a hablar, se estrenó también en Viena, pero casi veinte años antes. La pieza en cuestión es Los peregrinos de la Meca o El reencuentro imprevisto, de Christoph Willibald Gluck, estrenada el 7 de enero de 1764 en el Burgtheater. Como además Gluck nació en el 2 de julio de 1714, además de celebrar el 250 aniversario del estreno de la obra, en 2014 se celebrará el 300 aniversario del nacimiento del compositor, el gran reformador de la ópera.

La ópera se inicia con una obertura festiva, con instrumentos de percusión alla turca que tiene una semejanza indudable con El rapto en el serrallo. La acción es parecida, hay un secuestro por parte de los piratas de la novia del protagonista, pero la diferencia es que aquí todos los personajes son musulmanes. El novio es el Príncipe Ali de Bagdad, un Belmonte musulmán, que con su criado Osmin, que recuerda tremendamente al Pedrillo mozartiano, va a la búsqueda de su amada, retenida por el Sultán como esclava. El príncipe sufre todo tipo de tentaciones por las servientas de su amada Rezia, nuestra Konstanze de las mil y una noches, pero se mantiene fiel. Los amantes se reencuentran finalmente y huyen. Al final, llega el Sultán de Egipto y les captura. El Sultán ordena la ejecución de Ali y Rezia. El príncipe ha sido traicionado por el Calendario, no es el Osmin mozartiano, pero hace su papel de malo. Cuando el Sultán se entera de toda la historia perdona a los amantes y ordena castigar al Calendario, aunque al final acaba saliendo bien librado. Nuevamente el argumento se aproxima a la obra mozartiana. Escuchemos la obertura de Los peregrinos de la Meca por Concerto Köln.



Sólo un aria de la obra de Gluck ha alcanzado una relativa celebridad, gracias a unas variaciones que Mozart compuso sobre ella, las Variaciones para piano (KV. 455), que Tcahikovsky reutilizó como último movimiento de la Suite n° 4, Mozartiana. El aria en cuestión es Unser dummer Pöbel meint o Les hommes pieusement en el original francés en el que está escrita la obra. Escuchemos el aria cantada por Gilles Cachemaille y la Orquesta de la Ópera de Lyon dirigidos por John Eliot Gardiner. 


Y ahora las Variaciones KV. 455 de Wolfgang Amadeus Mozart con Wilhelm Kempff al piano.





Die Pilger von Mekka en el Landestheater de Salzburgo

Esta obra, tan olvidada hoy, ha sido repuesta en el Landestheater de Salzburgo, dentro de la temporada de ópera 2013-2014. Es el preludio al Año Gluck que se celebrará en 2014. La producción ha sido realizada por Jacopo Spirei con dramaturgia de Tobias Hell, decorados de Nikolaus Weber y vestuario de Bettina Richter. La realización es una propuesta muy interesante, con un elemento escénico principal formado por un vapor que realiza la travesía del Nilo, la acción se traslada a los años veinte del pasado siglo. Los guiños al cine son constantes, desde el vapor, cuyo nombre es Tod am Nil (Muerte en el Nilo) en clara referencia a Agatha Christie y su novela, llevada también al cine; como en fundidos realizados con una tela que cubre el escenario y aparece proyectada una imagen con textos como en las películas mudas. Mención especial merece Bettina Richter con un vestuario muy atractivo y colorido. En general fue una propuesta escénica muy inteligente, aprovechando todas las posibilidades de un escenario, no muy grande, en el pequeño, pero coqueto Landestheater salzburgués. Añadir que causó cierta confusión inicial, la mezcla de los diálogos en alemán, con el canto en el original francés, solución lógica, pues las partes habladas son muy abundantes, pero que en el fondo, no es del todo satisfactoria. Destacar el buen trabajo de todos los cantantes en las partes habladas, teniendo en cuenta que algunos de ellos no tienen el alemán como lengua materna.


Calendario, Osmín y Alí Foto Salzburger Landestheater / Christina Canaval (2013). 

En lo vocal el conjunto fue bueno, todos cumplieron adecuadamente en sus partes, con el protagonismo de Sergey Romanovsky y Laura Nicorescu en la pareja principal. Del resto me gustó mucho la actuación de la mezzosoprano Tamara Gura que encarnó el papel de Balkis, una de las esclavas de Rezia, que es la que tiene un mayor protagonismo.

La Orquesta del Mozarteum de Salzburgo sonó con su habitual buen nivel, con la dirección ágil y dúctil del británico Adrian Kelly que redondeó una divertida función operística en la que todos los elementos estuvieron en su sitio, dentro de una normalidad que tanto echamos de menos en España. 
 
Conjunto. Foto Salzburger Landestheater / Christina Canaval (2013).

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