miércoles, 12 de marzo de 2014

¡Feliz cumpleaños Kna!

Esta no es una de las entradas habituales del blog. En esta entrada no voy a contar ninguna historia sobre ningún compositor, obra o intérprete. Hoy se trata de felicitar el cumpleaños, o sea, recordar en el que hubiera sido su 126° aniversario, a una de las personalidades más fascinantes del mundo de la dirección orquestal del pasado siglo, Hans Knappertsbusch.

Para recordarle lo voy a hacer con una de sus músicas favoritas, cuando se trataba de alguna alegre celebración. Para ello contamos con sus dos orquestas, la Bayerisches Staatsorchester, la Orquesta Estatal de Baviera, que es el nombre que tiene la orquesta de la Ópera Estatal de Baviera, y la Orquesta Filarmónica de Viena, cuyos miembros, como todo el mundo sabe, pertenecen a la Orquesta de la Ópera Estatal de Viena. Hoy se trata de escuchar al Knappertsbusch inspirado por la Alegre Musa, en sus dos casas.

Empezamos en Múnich, su hogar de adopción. En la entrada que dediqué a Knappertsbusch sobre el centenario del estreno de su primer Parsifal, comenté que Knappertsbusch nunca quiso recibir ninguna compensación económica por dirigir en el Festival de Bayreuth. Pero tampoco lo hizo nunca por dirigir los conciertos de la Academia de la Orquesta Estatal de Baviera. Era su regalo a la ciudad de Múnich.

Con los bávaros tenía una compenetración especial. En estos conciertos festivos Kna, como le conocía su público rubateaba a su gusto y, si hacía falta, era capaz de hacer que la orquesta sonara como una banda de cervecería bávara, destacando sobre todo el carácter festivo de esta música. Finalizado el concierto el público estallaba en una ovación cerrada y se escuchaban los gritos de: ¡Kna!¡Kna!¡Kna!

Lo normal en estos conciertos es que Knappertsbusch saludase rápidamente al público, si es que lo hacía, y se marchase rápidamente al Hotel Vier Jahreszeiten, cercano a la Ópera a pasar una de sus veladas jugando a las cartas.

De un concierto de la Academia celebrado en 1955 en la Sala de Congresos del Museo Alemán de Múnich escuchamos Rosas del sur, vals del Rey de los Valses, Johann Strauss, hijo. Ya sabéis, subid el volumen y a disfrutar un rato.





Nos vamos ahora a Viena, la otra casa de nuestro director. Innumerables veladas en la Ópera y muchos conciertos en la Musikverein fueron testigos del arte de Hans Knappertsbusch. La Filarmónica de Viena adoptó a Kna, de la lejana Renania, como si fuera un vienés más. Como uno de sus directores favoritos.

John Culshaw, el famoso productor del Anillo de Georg Solti para Decca, escribió en su libro Ring Resounding, la historia de la grabación de esa grandiosa producción, protagonizada por la orquesta vienesa: "Los miembros más viejos de la Filarmónica de Viena todavía hablan con reverencia sobre Furtwängler y Richard Strauss. Hablan con profundo respeto del recuerdo de Erich Kleiber y Bruno Walter. Sobre otros, aún vivos, hablan con una mezcla de sentimientos que van de la aversión a la admiración. Pero por Hans Knappertsbusch, tienen amor."


"Estrella" de Hans Knappertsbusch frente a la Ópera de Viena


Decca grabó a fines de los cincuenta y principios de los sesenta el equivalente a un doble CD con valses, polkas, marchas de los Strauss, Ziehrer, Komzak y alguna pieza festiva de Weber y Schubert. Sólo hubo una reedición en compacto hace bastantes años, hoy es inencontrable. De esas piezas, vamos a disfrutar con la Invitación a la danza de Carl Maria von Weber, orquestada por Berlioz. El solo de violoncello es de Emanuel Brabec.




Para terminar con el cumpleaños de Knappertsbusch, aunque los que seguís el blog sabéis que el viejo Kna no tardará en volver por aquí, hay que despedirse con la propina favorita de nuestro director. Si en un recuerdo a su faceta más festiva no cerrásemos el concierto con Bad'ner Mad'ln (Chicas de Baden) de Karel Komzak, Kna estaría profundamente disgustado. El vals no trata de la ciudad de Baden-Baden, no la busquéis en la Selva Negra. Las chicas son de Baden bei Wien, la ciudad balneario cercana a Viena. Hans Knappertsbusch y la Filarmónica de Viena, rubatean a sus anchas en esta versión de estudio del vals de Komzak, una de las cuatro versiones que conservamos con Kna. De nuevo subid el volumen y disfrutad con los vieneses y su querido Kna.

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