miércoles, 19 de marzo de 2014

Grandes momentos en la ópera (IV): "T'amo ingrata, t'amo ancor"

Como muchos habréis adivinado por el título, la ópera de hoy es Lucia di Lammermoor de Gaetano Donizetti, en una interpretación de auténtico lujo.
Nos vamos a Berlín, al año 1955. La guerra ha acabado hace diez años. La ciudad está siendo reconstruida. Las secuelas del conflicto bélico son claramente visibles. La ciudad está dividida. Conservamos el documento sonoro gracias a una emisora local, la RIAS. Esta emisora describía en su nombre la división a la que estaba sometida la ciudad, era la Rundfunk im amerikanischen Sektor, la Radio del Sector Americano.



El famoso "Checkpoint Charlie" en Berlin. Aún hoy nos advierte que estamos saliendo del Sector Americano

En 1955 las heridas de la guerra iban cicatrizando en lo que se iba a llamar el bloque occidental, otra cosa es lo que pasaba tras el telón de acero. Furtwängler había visitado varias veces Italia, gracias a estas visitas conservamos sus dos grabaciones de El anillo del nibelungo de Wagner (Scala de Milán, 1950 y RAI de Roma, 1953). Ahora tocaba a los italianos devolver la visita a Alemania. El equipo que se trasladó a Berlín es uno de esos que podemos definir como reparto de ensueño, con Maria Callas, Giuseppe di Stefano y Rolando Panerai en el trío protagonista. La orquesta era la de la radio local, la excelente Orquesta de la RIAS de Berlín, la orquesta que dirigía esos años el gran director húngaro Ferenc Fricsay. Pero no fue Fricsay quien dirigió la representación, en el podio esperaba Herbert von Karajan, a punto de convertirse en el mandamás de la música en Europa.

La representación comenzó y empezó a subir la temperatura dramática. Resulta que cuando una batuta de grandísimo nivel se enfrenta a Donizetti, descubrimos que en la orquesta también pasan cosas interesantes, aunque el belcanto de casi todo el protagonismo a las voces.

Enrico, Rolando Panerai, comenzó a caldear el ambiente con su Cruda funesta smania, de la que escuchamos una parte, no está la escena completa en YouTube.



Lucia, Maria Callas, empezó a incendiar el escenario con el Regnava nel silenzio y cuando terminó ya estaba allí Edgardo, Giuseppe di Stefano, para cantar el dúo Sulla tomba che rinserra. El acto acabó con el público totalmente rendido a los italianos. Quede claro que Maria Callas era griega, pero aquí nacionalizamos su arte.

El dramático dúo entre Enrico y su hermana Lucia, era el preludio de que algo grande iba a pasar. Había habido mucho, y muy bueno sobre el escenario, pero aún quedaba lo mejor. Comenzaron los fastos de la boda entre la engañada Lucia y Arturo. Y llegó el momento, en la celebración aparece en traicionado Edgardo, y lo normal en estos casos es cantar un sexteto, siempre y cuando sigamos la ilógica lógica de la ópera. Llego el momento, había que cantar el Chi mi frena in tal momento. Lo inician al Edgardo y Enrico, para que se vayan uniendo el resto de voces y el coro. Al terminar el público estalló en aplausos. El entusiasmo fue tan grande, que Karajan se vio obligado a repetirlo. En esta repetición, Giuseppe di Stefano se salta todas las indicaciones de la partitura, llevado por el entusiasmo, pero como nos gusta cuando canta el T'amo ingrata, t'amo ancor totalmente desatado (4:38). Además de Callas, Di Stefano y Panerai, cantan Nicola Zaccaria como Raimondo, Giuseppe Zampieri como Arturo y Luisa Villa como Alisa. El Coro del Teatro alla Scala desplazado a Berlín y la Orquesta RIAS, todos bajo la inspiradora batuta de Herbert von Karajan.



Pero la representación no había acabado. Después del sexteto, Callas iba a terminar su actuación a lo grande. Le quedaba su Escena de la locura y no la iba a desaprovechar. El milagro del sonido grabado hace que casi sesenta años después nos siga impresionando. Por desgracia en YouTube, no está la versión completa.



Aún quedaba la guinda del pastel. Edgardo se despedía de sus antepasados para cerrar la ópera. El aria Tombe degli avi miei iba a concluir la ópera a lo grande, y Pippo no defraudó. Lamentablemente, no está esta grabación en YouTube, pero no nos vamos a quedar sin escuchar a Di Stefano, en este caso con la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino y la batuta de Tullio Serafin en una grabación de estudio de 1953.

   

En otras ocasiones no me atrevo a recomendar la grabación, como ocurrió en las dos primeras entregas de esta serie. La calidad artística siempre es innegable, pero el pobre sonido puede ser un obstáculo para los aficionados no demasiado familiarizados con las grabaciones históricas. En este caso, el sonido es muy bueno, no tanto como en las grabaciones de estudio de Callas de los años cincuenta, pero muy aceptable. Artísticamente, no hay nada más que decir, posiblemente es la mejor Lucia en disco. Esta grabación, editada varias veces por EMI, se recomienda por si sola, así que ya sabéis, si os merecéis algún regalo, esta puede ser la ocasión.

La compañía en Berlín con el Embajador Italiano. Foto EMI

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