lunes, 8 de diciembre de 2014

"La hija vuelve del encuentro con su amante" o la "mini-ópera" de Sibelius

Jean Sibelius (1865-1957), nació cuando el medio de transporte era el carro tirado por caballos y falleció el año en que los soviéticos pusieron en la órbita terrestre el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik 1. Nació cuando no existía Finlandia y falleció cuando su patria era ya un país libre y con una cultura propia.


Sibelius en 1891


La construcción de Finlandia como país debe mucho a dos figuras de la cultura del siglo XIX, Elias Lönnrot (1802-1884), que reunió los mitos finlandeses en la epopeya Kalevala, escrita en finlandés. Lönnrot es considerado el segundo padre del idioma, tras Mikael Agricola, que tradujo la Biblia al finlandés en el siglo XVI.

La otra gran figura cultural de Finlandia en el siglo XIX y también en el XX fue Jean Sibelius. Sibelius basó muchas de sus obras en el Kalevala de Lönnrot, pero no llegó a componer ninguna ópera, ni sobre la epopeya nacional finlandesa, ni sobre otro asunto.

Sin embargo, Sibelius si se sintió atraído por la ópera. En 1893 comenzó con un gran proyecto basado en el Kalevala, la obra se titulaba La construcción del barco (Veenen luominen). Este barco nunca llegó a buen puerto, pero de sus esbozos musicales, especialmente del preludio, nació una de las obras más importantes de Sibelius, El cisne de Tuonela (Tuonelan joutsen), uno de los poemas sinfónicos del ciclo Cuatro Leyendas, op 22 que tiene como protagonista a Lemminkäinen, el héroe del Kalevala.



El cisne de Tuonela. Orquesta Sinfónica de la Radio de Finlandia, 
dirigida por Esa-Pekka Salonen

Hay quien considera la brevísima, y casi desconocida, La doncella en la torre (Jungfrun i tornet) como la ópera de Sibelius. Mi opinión es que no llega a tanto, se queda en escena dramática. La obra estrenada en 1896 fue un fracaso y, quizá, influyó en la decisión de Sibelius de abandonar el mundo de la ópera.

Pero aunque no tuviera éxito en la ópera, el joven Sibelius tenía un gran talento dramático demostrado en obras como la Sinfonía Kullervo o en muchos de sus poemas sinfónicos, con las citadas Cuatro Leyendas op. 22 a la cabeza.

Mucho menos conocida que sus sinfonías y sus poemas sinfónicos es la producción liederística de Sibelius, y es una auténtica lástima, porque encierra algunas obras maestras. Las causas pueden estar en la dificultad del idioma, finlandés y sueco, y el relativo poco número de grandes cantantes capaces de cantar en esos idiomas, que se han interesado por ese repertorio. 

El finlandés Tom Krause y la sueca Elisabeth Söderström con los pianos de Irwin Gage y Vladimir Ashkenazy fueron los primeros en grabar la integral de canciones de Sibelius en los años ochenta del siglo pasado para DECCA. Posteriormente Monica Groop y Anne Sophie von Otter han grabado para BIS la producción sibeliana, muy bien interpretada, pero lejos del milagro de DECCA.

Qué es lo que hay en estos discos para que digamos que Sibelius compuso algunas piezas excelentes en el campo del lied. Para muestra empezaremos con el más teatral de los lieder sibelianos, una auténtica mini-ópera en cuatro minutos. 

El lied es La hija vuelve del encuentro con su amante op. 37 n° 5. publicado en 1906. El texto es del poeta nacional de Finlanda, Johan Ludvig Runeberg (1804-1877). Runeberg escribía en sueco, lengua que habla una minoría de finlandeses, pero que es oficial en Finlandia. Actualmente habla sueco algo más de un cinco por ciento de la población del país nórdico.

La historia nos cuenta que una joven tiene un amante y oculta a su madre esta relación, hasta que un día llega a casa pálida y cuenta la verdad a su madre, su amante la ha traicionado y ella quiere morir.




Flickan kom ifrån sin älsklings möte,
kom med röda händer. Modern sade:
"Varav rodna dina händer, flicka?"
Flickan sade: "Jag har plockat rosor
och på törnen stungit mina händer."

Åter kom hon från sin älsklings möte,
kom med röda läppar. Modern sade:
"Varav rodna dina läppar, flicka?"
Flickan sade: "Jag har ätit hallon
och med saften målat mina läppar."

Åter kom hon från sin älsklings möte,
kom med bleka kinder. Modern sade:
"Varav blekna dina kinder, flicka?"
Flickan sade: "Red en grav, o moder!
Göm mig där och ställ ett kors däröver,
och på korset rista, som jag säger:

En gång kom hon hem med röda händer,
ty de rodnat mellan älskarns händer.
En gång kom hon hem med röda läppar,
ty de rodnat under älskarns läppar.
Senast kom hon hem med bleka kinder,
ty de bleknat genom älskarns otro."

Johan Ludvig Runeberg
La hija vuelve del encuentro con su amante,
vuelve con las manos rojas.  La madre dice:
"¿Por qué tienes las manos rojas, hija?"
La hija dice:  "Estuve recogiendo rosas
y me pinché las manos con las espinas."

Otra vez vuelve del encuentro con su amante,
vuelve con los labios rojos.  La madre dice:
"¿Por qué están rojos tus labios, hija?"
La hija dice:  "He comido frambuesas
y he manchado mis labios con su zumo."

Otra vez vuelve del encuentro con su amante,
vuelve con las mejillas pálidas.  La madre dice:
"¿Por qué tienes las mejillas tan pálidas, hija?"
La hija dice:  "¡Oh madre! cava una tumba para mi,
Entiérrame en ella y pon una cruz encima,
y escribe en la cruz lo que te voy a decir:

"Una vez ella regresó con las manos rojas,
se habían vuelto rojas entre las manos de su amante.
Una vez regresó con los labios rojos,
se habían vuelto rojos bajo los labios de su amante.
Al final regresó con las mejillas pálidas,
habían palidecido por la traición de su amante." (1)

Johan Ludvig Runeberg



Veamos qué hizo Sibelius con este texto. Comienza con una majestuosa introducción, que enseguida toma la voz del narrador para contar que la hija vuelve del encuentro con su amante. Se produce el breve diálogo entre madre e hija y la estrofa acaba con la música que se apaga lentamente. La segunda estrofa es exactamente igual a la primera, lo que hace pensar que estamos ante un lied estrófico al uso, pero las cosas cambian en la tercera estrofa. El narrador comienza en piano. La melodía es la misma, pero el acompañamiento es inquieto. La pregunta de la madre es nerviosa y la respuesta de la hija desesperada, ¡Oh madre! cava una tumba para mi. Ahora, de forma dramática la hija va a contar la verdad a su madre, quiere que la escriba en la cruz de la tumba. La tercera estrofa acaba en forte con las palabras de la hija. La cuarta estrofa recoge el material melódico anterior mientras explica las andanzas de la hija con su amante. Cuando la hija regresa con las mejillas pálidas, la música va apianando, para acabar revelando, desconsoladamente, la traición. 

Lamentablemente, no están disponibles las versiones de Tom Krause, DECCA y FINLANDIA, que hace de este lied una auténtica creación, ni la versión orquestal de una Kirsten Flagstad, ya madura, vuelve a demostrar que fue la más grande. En su lugar escucharemos a la lírica Barbara Bonney, que siempre tuvo un vínculo especial con la música nórdica, con Antonio Pappano al piano.




(1) He traducido el texto a partir de una versión en inglés. 


lunes, 1 de diciembre de 2014

"Stille Nacht!"

A unos quince kilómetros de Salzburgo, en la orilla bávara del río Salzach, se encuentra la bella ciudad de Laufen. Laufen situada en un meandro sobre el río Salzach, tiene un hermoso puente modernista que une Alemania y Austria. Al cruzar el puente te encuentras en otra ciudad, y en otro país. Oberndorf, cuyo nombre completo es Oberndorf bei Salzburg, lo que sería Oberndorf junto a Salzburgo; es esa otra ciudad. La primera vez que crucé ese puente algo me llamó la atención, un indicador que marca el camino a la Stille Nacht Kapelle. La curiosidad me hizo visitar la capilla y entonces me enteré que el célebre villancico Stille Nacht (Noche de Paz) de Franz Xaver Gruber, se había estrenado en esta localidad en la Nochebuena de 1818. 


'Stille Nacht Kapelle' en Oberndorf bei Salzburg

Joseph Mohr nacido en Salzburgo en 1792. Fue uno de los muchos hijos ilegítimos del militar Franz Mohr y de Anna Schoiber, que finalmente se convirtió en su mujer. Joseph fue un párroco austriaco que realizó diferentes funciones en varias parroquias del Arzobispado de Salzburgo. En 1816 Mohr escribió un poema de tema navideño que comenzaba con el verso Stille Nacht, heilige Nacht! (¡Noche tranquila, noche sagrada!). En septiembre de 1817, Joseph Mohr fue destinado como párroco ayudante a la pequeña localidad de Oberndorf bei Salzburg.

Conrad Franz Xaver Gruber nació en 1787 en Hochburg-Ach en la Alta Austria. Maestro y organista, obtuvo su título en Salzburgo en 1806. Ejerció su labor docente en varias ciudades austriacas. En 1816 Gruber fue destinado a Oberndorf bei Salzburg.

Estamos en 1818, se acerca la Navidad. Joseph Mohr se dirige al maestro del pueblo, Franz Xaver Gruber, y le presenta un poema con el ruego de que componga una melodía para acompañarlo y poderlo interpretar esa Nochebuena. Gruber accedió y trabajó en la música para el poema de Mohr.

Parroquia de San Nicolás en Oberndorf, Nochebuena de 1818. Entre los actos para celebrar la Nochebuena, el organista y maestro Franz Xaver Gruber presenta una composición sobre un poema del párroco ayudante Joseph Mohr. Ambos cantan, el compositor como bajo y el párroco como tenor. A su vez, éste realiza el acompañamiento con una guitarra.  Según cuenta la leyenda el órgano de San Nicolás estaba dañado y hubo que recurrir al medio más barato disponible.

En septiembre de 1819 Joseph Mohr abandonó Oberndorf, otros destinos se sucedieron hasta su fallecimiento en Wagrain en 1848.

En 1829 Gruber también dejó Oberndorf, se casó dos veces, tuvo diez hijos y fue maestro en distintas localidades, falleció en Hallein en 1863.

La composición de Gruber y Mohr fue olvidada rápidamente, sólo era la obra de un párroco y de un maestro de pueblo. Hay muchas leyendas de cómo se hizo popular. Al parecer una copia impresa en Dresde, que aparecía como canción popular, le gustaba mucho al Rey Federico Guillermo IV de Prusia. Fue por su insistencia, por lo que se pudo averiguar quienes habían sido sus creadores, Gruber vivía todavía.

En el siglo XX el villancico se hizo tan famoso que fue  traducido a más de trescientos idiomas y sobre él se han realizado todo tipo de versiones. En 2011 fue incluido por la UNESCO en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En la década de 1890 una de las riadas del Salzach se llevó la Iglesia de San Nicolás de Oberndorf, el nuevo templo fue construido en una ubicación más alejada del río. En el lugar donde estaba la iglesia, una pequeña capilla recuerda el lugar donde sonaron por primera vez las notas de Stille Nacht

Monumento a Gruber y Mohr en Oberndorf

La version española del poema, es muy libre, tanto que poco tiene que ver con el original. El poema tiene seis estrofas, habitualmente solo se cantan tres cuyo texto ha sido modernizado, son las que podemos leer a continuación con su traducción al español.



Stille Nacht, heilige Nacht!
Alles schläft, einsam wacht
Nur das traute, hochheilige Paar.
Holder Knabe im lockigen Haar,
Schlaf in himmlischer Ruh,
Schlaf in himmlischer Ruh.

Stille Nacht, heilige Nacht!
Gottes Sohn, o wie lacht
Lieb aus deinem göttlichen Mund,
Da uns schlägt die rettende Stund,
Christ, in deiner Geburt,
Christ, in deiner Geburt.

Stille Nacht, Heilige Nacht!
Hirten erst kundgemacht,
Durch der Engel Halleluja.
Tönt es laut von fern und nah:
Christ, der Retter ist da,
Christ, der Retter ist da!
¡Noche tranquila, noche sagrada!
Todos duermen, sola está en vela
La fiel, la sagrada pareja.
Dulce niño de pelo rizado,
Duerme con paz celestial,
Duerme con paz celestial.

¡Noche tranquila, noche sagrada!
Hijo de Dios, como sonríes
amoroso con tus divinos labios,
Llegó para nosotros la hora de la salvación
Cristo, con tu nacimiento,
Cristo, con tu nacimiento.

¡Noche tranquila, noche sagrada!
Los pastores primeros en promulgarlo,
por el Aleluya de los ángeles.
Suene fuerte aquí y allá:
¡Cristo, el salvador está aquí
Cristo, el salvador está aquí!


Stille Nacht de Gruber y Mohr tal como debió sonar por
primera vez en la Nochebuena de 1818. 




viernes, 14 de noviembre de 2014

Guido Cantelli: El "delfín" de Toscanini

Imagino que el nombre de Guido Cantelli sonará muy poco, o nada, a los aficionados más jóvenes. Por desgracia, una de las mayores promesas de la dirección del siglo XX se fue demasiado pronto, más aún que los llorados Ferenc Fricsay y Ataúlfo Argenta, que no llegaron a mostrar la medida de su arte en la madurez. El destino aún fue más cruel con Guido Cantelli.

Guido Cantelli
Guido Cantelli nació en Novara el 27 de abril de 1920. Su padre, Antonio, era director de la Banda del 17° Regimiento de Artilleros, con base en Novara. Pronto se dio cuenta de las extraordinarias capacidades musicales de su hijo. Tuvo a diferentes maestros de música en su Novara natal, hasta que en 1939 fue admitido en el Conservatorio de Música "Giuseppe Verdi" de Milán. Se diplomó en 1943. Cantelli ya era director de orquesta.

El mismo 1943 fue alistado en el ejército. Su negativa a luchar al lado de los fascistas hizo que acabase en un campo de prisioneros en Stettin, a orillas del Mar Báltico. Repatriado a Italia por enfermedad, llegó a pesar sólo treinta y seis kilos, pasó un tiempo en Novara mientras recuperaba las fuerzas.

Terminada la guerra en 1945, se casó con Iris Bilucaglia y se trasladaron a Milán. Dio diversos conciertos como director con diferentes orquestas, entre ellas la del Teatro Alla Scala, siempre cosechando grandes ovaciones y recibiendo el apoyo del legendario Victor de Sabata, director musical de la Scala y de Antonio Ghiringhelli, intendente del teatro.

El 21 de mayo de 1948 dio un concierto en la reconstruida Sala dei Piermarini en Milán, entre los asistentes estaba Arturo Toscanini, que susurró: "soy yo quien está dirigiendo". Entusiasmado con el joven director, Toscanini invitó a Cantelli a dirigir la Orquesta de la NBC en Nueva York.

El 15 de enero de 1949 Cantelli dirigió por primera vez la Orquesta de la NBC, con la Sinfonía n° 93 de Haydn y la Sinfonía 'Matías el pintor' de Hindemith. El éxito fue espectacular. Después de este concierto llegaron las primeras grabaciones con la NBC.


Guido Cantelli dirige la Marcha Húngara de La condenación 
de Fausto de Berlioz a la Orquesta de la NBC en 1951


En 1950 dirigió la primera gira por el extranjero, Gran Bretaña, de la Orquesta de la Scala de Milán después de la guerra. El éxito fue nuevamente grandioso. Se tuvo que realizar un concierto extraordinario. La discográfica EMI, dirigida por el productor Walter Legge, que había fundado la Orquesta Philharmonia, quería a toda costa una grabación de la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky con Guido Cantelli. A partir de ese año, Cantelli realizará unas cuantas grabaciones con la Philharmonia para EMI, grabaciones reeditadas cada cierto tiempo y que se han convertido en clásicos de la fonografía.

Felix Mendelssohn, Sinfonía nº 4 'Italiana'
Orquesta Philharmonia. Grabación de estudio de 1955.


En 1952, siempre con el apoyo de Toscanini, Cantelli realizó una gira triunfal por Estados Unidos. Dirigió a las grandes orquestas, especialmente a la Filarmónica de Nueva York y Sinfónica de Boston. Trabajó con solistas como Jascha Heifetz, Nathan Milstein, Walter Gieseking, Wilhelm Backhaus, Anton Rubinstein o Rudolf Serkin. Además la figura de Cantelli era habitual en los grandes Festivales de Verano, especialmente en Salzburgo y Lucerna.

En 1956 su nombre empezó a sonar con fuerza para suceder a Dmitri Mitropoulos al frente de la Filarmónica de Nueva York.  El 27 de enero dirigió un grandísimo Cosi fan tutte de Mozart en la Scala de Milán. Los solistas eran de primer orden Elisabeth Schwarzkopf, Luigi Alva, Graziella Sciutti, Rolando Panerai, Nan Merriman y Franco Calabrese. Por suerte se conserva la grabación completa.

Mozart, Cosi fan tutte, obertura. Orquesta del Teatro alla
Scala, 27.01.1956

Este éxito hizo que la dirección del teatro pensara en Cantelli para sustituir a Carlo Maria Giulini en la dirección musical, extraordinario músico, pero poco interesado en los aspectos organizativos.  En 1956 continuaron los éxitos por todo el mundo.

En otoño de 1956 la dirección de la Scala le ofreció a Cantelli el puesto de director musical. El 16 de noviembre se firmó el contrato. Cantelli, con 36 años se había convertido en el director de la institución musical más importante de Italia.

Una semana más tarde Cantelli salió nuevamente de gira, tenía compromisos en Estados Unidos. El 23 de noviembre partió en un vuelo hacia América. Tras una escala en París, el avión en el que viajaba Guido Cantelli cayó a tierra en la madrugada del 24 de noviembre. Hubo treinta y tres víctimas mortales. Entre ellas estaba Guido Cantelli.

Toscanini con 89 años nunca se enteró del trágico destino de su discípulo predilecto, se le ocultó la noticia. Falleció dos meses más tarde, el 16 de enero de 1957.

La noticia de la muerte de Guido Cantelli conmocionó al mundo de la música. Su funeral en Milán fue multitudinario.

La Orquesta de la Scala se despidió de su director interpretando la última pieza que habían tocado juntos, el Largo (Ombra mai fù) de Serse de Händel, ante un podio orquestal vacio.


Ombra mai fù de Serse de Händel con la Orquesta de la NBC
dirigida por Guido Cantelli en 1953.



miércoles, 5 de noviembre de 2014

Música y política. "La internacional" de Toscanini

El arte y la política son temas que debieran marchar por separado, pero, por desgracia, no es así en nuestros tiempos, ni lo era en los convulsos años de la Segunda Guerra Mundial, ni lo fue en la época de Verdi. Verdi es el autor de la pieza que fue objeto de manipulación propagandística y de la que vamos a hablar.

Todos sabemos que Giuseppe Verdi (1813 - 1901) fue una figura cultural de excepción en la Italia del Risorgimento, su famoso coro de prisioneros hebreos de Nabucco, el Va, pensiero es una suerte de segundo Himno de Italia, sin embrago, el Himno de Italia no lo compuso Verdi, fue obra de Michele Novaro (1818 - 1885), sobre el poema de Goffredo Mameli (1827 - 1849). El célebre Fretelli d'Italia, es asimismo conocido como el Inno di Mameli. El himno empezó a sonar como canción patriótica en 1847 y un siglo más tarde, tras la Segunda Guerra Mundial y la llegada de la República, como forma de gobierno, a Italia, es el Himno Nacional de Italia. Mario del Monaco acompañado de Orquesta y Coro canta una vibrante versión del Inno di Mameli.





En 1862 se celebró la Exposición Universal de Londres. Para la ocasión, fueron encargadas piezas musicales a diferentes compositores destacados. Por, la recientemente unificada, Italia fue Giuseppe Verdi el encargado de componer una pieza festiva con toque patriótico. Para la composición se eligió un texto, del también compositor, Arrigo Boito, futuro libretista de Otello y Falstaff. La obra habla de la amistad entre tres naciones, Italia, representada por el Inno di Mameli, Inglaterra por el Good save the Queen y Francia con la Marsellesa. La aparición de esta última hizo que la obra no se estrenara en el concierto de inauguración de la Exposición para no ofender a Napoleón III con un himno republicano y revolucionario. La obra titulada Inno delle Nazioni (Himno de las Naciones) se estrenó el 24 de mayo de 1862 en un concierto celebrado en el Covent Garden de Londres. La obra está compuesta para tenor, coro mixto y orquesta.





Escuchemos el Himno de las Naciones de Giuseppe Verdi a Luciano Pavarotti, el Coro y Orquesta Philharmonia y la batuta de James Levine.




Han pasado muchos años. En 1922 Italia se ha convertido en un estado fascista bajo el gobierno de Benito Mussolini. Como todo buen dictador, Mussolini utilizó el arte según le convenía, pero se iba a topar con un hueso duro de roer.

En 1919 Arturo Toscanini se había dejado seducir por el nuevo movimiento político que prometía sacar a Italia de su crisis. Convencido pronto que ese movimiento, el fascismo, no era más que populismo acompañado de buenas dosis de violencia, rompió con él y fue un fiero oponente a partir de entonces. Desde la llegada del fascismo al poder los conciertos de Toscanini en Italia eran una manifestación antifascista. En los conciertos era obligatorio tocar el himno fascista Giovinezza, pero Toscanini se negaba siempre. Era obligatorio que en el palco principal de los teatros de Italia hubiese una imagen del Rey y otra de Mussolini. Eso fue así en todos los teatros, pero no en la Scala de Milán, el feudo de Toscanini, el principal escenario de Italia no exhibía la imagen del duce.

En el estreno de Turandot de Puccini en la Scala en 1924 se produjo otro incidente. Iba a acudir Mussolini y buena parte de su gobierno, era obligatorio tocar Giovinezza, Toscanini se negó. Ante la posibilidad de que Toscanini renunciase al estreno si se le obligaba, el duce cedió, el escándalo internacional podía ser demasiado grande.

La tensión siguió en aumento en los conciertos de Toscanini. En 1931 en Bolonia se produjo un grave altercado, Toscanini se negó a tocar Giovinezza y fue agredido por un grupo de camisas negras. Toscanini protestó por telegrama ante Mussolini. Le fue retirado el pasaporte y fue puesto en arresto domiciliario. El escándalo estalló, ante las protestas internacionales fue permitido a Toscanini abandonar Italia. Toscanini prometió no volver a dirigir en Italia mientras viviese Mussolini.

En 1933 Toscanini añadió a su boicot personal la Alemania nazi, después de haber deslumbrado en los Festivales de Bayreuth de 1930 y 1931, dejó de dirigir en Alemania como protesta contra el régimen. En 1937 abandonará el Festival de Salzburgo por el mismo motivo.

Toscanini permaneció en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Se dedicó en exclusiva a dar conciertos benéficos para las fuerzas armadas y para la Cruz Roja. 

El 19 de julio de 1942 dirigirá el estreno americano de la Séptima Sinfonía, Leningrado de Dmitri Shostakovich, en un concierto radiado a más de veinte millones de oyentes. En la Unión Soviética también se combatía el terror nazi y la obra de Shostakovich era una muestra. Por cierto, Shostakovich odíaba esa interpretación.

Al conocerse la caida de Mussolini, Toscanini tuvo una idea, grabar el Himno de las Naciones de Verdi, ahora Inglaterra, Francia e Italia luchaban contra el fascismo. Además modificó el final de la obra, añadiendo la Internacional en honor a la lucha de los soviéticos y finalizando con el Star-Spangled Banner, el Himno de los Estados Unidos. Así lo hizo y así se grabó y se filmó. Era el 31 de enero de 1944.

Escuchemos el final del Himno de las Naciones de Verdi-Toscanini con Jan Peerce y los conjuntos de la NBC dirigidos por Arturo Toscanini.






Imagino que os habréis preguntado dónde está la Internacional. Bueno, al parecer, los soviéticos no resultaron ser un aliado fácil. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, todo lo que sonase a comunista o soviético en Estados Unidos era francamente negativo. La leyenda dice que la parte de la Internacional fue censurada. 

Lo cierto es que en el vídeo no se aprecia que haya un salto, y no es propio de las democracias engañar a sus ciudadanos. Para eso son democracias. No es lógico censurar un documento histórico porque ahora ya no interesa, eso no es propio de una democracia. Para eso están los parlamentos, para controlar lo que hacen los gobiernos, por tanto podemos estar seguros de que eso de que Toscanini dirigió la Internacional como arreglo al Himno de las Naciones de Verdi es otro de esos bulos que corren por internet... O tal vez no.



viernes, 10 de octubre de 2014

Sir John Falstaff



Hay personajes de la cultura occidental que han sido llevados numerosas veces a adaptaciones y secuelas literarias, a la pintura, a la música y más recientemente al cine. En el hipotético podio estarían sin duda el cervantino Don Quijote, el goethiano Fausto y el hispánico Don Juan.

Del personaje de hoy no hay tantas adaptaciones, pero es una de las figuras de William Shakespeare que más veces ha sido llevada a la música, bastante por detrás de los amantes de Verona, es cierto, pero al nivel de los Otello o Hamlet. Nuestro personaje es el orondo y pícaro Sir John Falstaff.
 
Eduard von Grützner: Falstaff con una gran jarra de vino y copa. 1896

Falstaff es conocido principalmente por su protagonismo en Las alegres comadres de Windsor, donde, ya maduro, intenta seducir a Mistress Alice Ford y - ¿por qué no? - también a Mistress Meg Page, aunque al final todo acaba en un divertido escarmiento para el bueno de Sir John.

Además de su aparición estelar en Las alegres comadres de Windsor, Falstaff es un personaje de otras dos obras de William Shakespeare Enrique IV primera parte y Enrique IV segunda parte. Además la muerte de Falstaff es mencionada en Enrique V aunque en esta obra no aparece como personaje.

La mayoría de obras musicales sobre Sir John Falstaff pertenecen al género de la ópera y están basadas en Las alegres comadres de Windsor.

La primera ópera importante que tiene a Sir John por protagonista es Falstaff, ossia le tre burle (Falstaff o las tres burlas) de Antonio Salieri, el compositor italiano afincado en Viena que ha tenido que cargar con el sambenito de todo tipo de conspiraciones relacionadas con la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart. El libreto de la ópera es de Carlo Prospero Defranceschi, que está definido como dramma giocoso en dos actos. La obra se estrenó en el Kärtnertortheater de Viena en 3 de enero de 1799 y tuvo veintiséis representaciones en Viena hasta 1802. La ópera, como ha ocurrido con casi toda la producción de Salieri, ha estado bastante olvidada, tanto en los teatros, como en los estudios de grabación. Es lo que tiene el que te hayan cargado el sambenito de ser un asesino de compositores treintañeros.

El personaje de Falstaff está escrito para voz de bajo, inaugurando la tradición de que a Sir John lo encarnen voces graves. Además de la obertura, el número más conocido es el dúo La stessa, la stessissima, cuya melodía fue utilizada por Ludwig van Beethoven en sus Variaciones, WoO 73.

 
Selección de Falstaff de Salieri, con Tamas Pal y la Orquesta de
Cámara Salieri. Joszef Gregor es Sir John Falstaff 


La siguiente obra que vamos a recordar es bastante más conocida, sobre todo en el ámbito germano, hablamos de la ópera de Otto Nicolai Die lustigen Weiber von Windsor (Las alegres comadres de Windsor). Hoy en día es la única obra de Nicolai que está de una forma estable en el repertorio de los teatros alemanes. Nicolai es conocido también por ser el fundador de la Orquesta Filarmónica de Viena en 1842.

La ópera en tres actos de Nicolai tiene como libretista a  Hermann Salomon Mosenthal y sigue bastante fielmente la obra de teatro de Shakespeare. Se estrenó el 9 de marzo de 1849 en la Hofoper de Berlín.

La página más conocida de la obra es la soberbia obertura que se programa con cierta frecuencia en conciertos (Hans Kanppertsbusch o Wilhelm Furtwängler han dejado constancia de su amor por la pieza, más reciente es la interpretación de Carlos Kleiber en el Concierto de Año Nuevo de 1992, Georges Prêtre la programó en esta cita en 2010 y Christian Thielemann la llevó al estudio de grabación, todos con la Filarmónica de Viena).

 
Hans Knappertsbusch dirige la obertura de Las alegres comadres
de Windsor de Otto Nicolai a la Orquesta Filarmónica de Viena 

Además de la obertura el coro O süsser Mond (Oh dulce Luna), la canción de taberna de Falstaff, también escrito para voz de bajo,  Als büblein klein an der Mutter Brust (De niño en el seno materno) y la serenata de Fenton Horch, die Lerche singt in Hain! (¡Escuchad a la alondra cantar en la arboleda!) mantienen una cierta popularidad, ésta última gracias a Fritz Wunderlich.

 
El inolvidable Fritz Wundelich borda el aria de Fenton de Las
alegres comadres de Windsor de Otto Nicolai con la Orquesta 
Sinfónica de la Radio de Stuttgart dirigida por Alfons Rischner


Y pasamos a palabras mayores, porque le llegó el turno a la obra más importante que se ha basado en el personaje de Sir John Falstaff, hablamos de la última ópera de Giuseppe Verdi, titulada Falstaff, opera en tres actos con libreto de Arrigo Boito. Estamos sin duda ante una de las obras más grandes de la historia de la ópera, obra genial del primer al último compás.

Falstaff fue estrenado, entre la gran expectación del público, el 9 de febrero de 1893 en el Teatro alla Scala de Milán, con dirección de Edoardo Mascheroni.

El protagonista aquí esta confiado a la cuerda de barítono, tipo de voz para la que Verdi había escrito grandes personajes (Nabucco, Macbeth, Rigoletto, Simon Boccanegra, por sólo citar a los protagonistas). Aquí el personaje brillante y divertido en lo cómico, rezuma también una honda humanidad y una melancolía propia del que sabe que el fin se acerca.

 
Tito Gobbi canta L'onore de Falstaff de Verdi con la Orquesta
Filarmónica de Viena dirigida por Herbert von Karajan en el 
Festival de Salzburgo de 1957 



El libreto está a la altura de la obra, con recursos tan bien aprovechados como condensar en el personaje de Ford, los personajes de Ford y Page, éste último eliminado de una obra junto a un gran número de personajes.

Hacer referencia a una página de una obra tan redonda no resulta fácil, pero aún así mencionemos todo el segundo cuadro del tercer acto en los bosques de Windsor que contiene las arias de Fenton  Dal labbro il canto estasiato vola (De mis labios vuela el canto extasiado) y de Nanneta Sul fil d'un soffio etesio (Al filo de una fragante brisa) y finaliza con el fugatto final de Tutto nel mondo è burla (Todo en el mundo es burla), iniciado por Falstaff y cantado por todos los personajes y el coro, una forma un tanto irónica de despedida del mundo de la ópera por parte de Verdi.

Dal labbro al canto estasiato de Falstaff de Verdi por el 
Maestro Carlo Bergonzi y la Orquesta Nueva Philharmonia 
dirigida por Nello Santi


Barbara Bonney y la Orquesta de Suisse Romande dirigida 
por Jeffrey Tate interpretan Sul fil d'un soffio etesio de  
Falstaff de Verdi

Tutto nel mondo è burla final del Falstaff de Verdi con los
conjuntos del Teatro alla Scala de Milán dirigidos por
Riccardo Muti



Después de la obra maestra de Verdi parecía difícil que otro compositor se atreviese a componer una ópera sobre el mismo tema, pero si, hubo un osado que, obviamente, tenía que proceder de las Islas Británicas.

Tras la muerte de Handel, que había nacido en Alemania, Inglaterra pasó por una larga sequía creativa en el campo de la música. Desde mediados del siglo XVIII hasta el final del siglo XIX con la aparición de Edward Elgar, del que hablaremos más adelante, no hay ningún compositor destacable. De la generación posterior a Elgar iba a aparecer el sinfonista británico del siglo XX, Ralph Vaughan-Williams que fue el encargado de llevar al gordo caballero nuevamente al protagonismo de una ópera.

El 29 de marzo de 1929 se estrenó The fat Knight (El caballero gordo) de Vaughan-Williams en el Parry Opera Theatre de Londres de forma totalmente amateur. Hubo que esperar al 9 de abril de 1946 para que se estrenase de forma profesional y con algunos cambios, entre ellos el título, Sir John in Love (Sir John enamorado). El estreno se produjo en el Sadler's Wells Theatre, hoy English National Opera, bajo la dirección de Lawrance Collingwood.

Sir John in Love es una ópera en cuatro actos con libreto del compositor, en la que Vaughan-Williams utiliza un estilo arcaizante, llega a utilizar melodías populares como Greensleaves, para retratarnos la época en la que transcurre la acción. El papel de Falstaff está escrito también para voz de barítono.
La obra cayó en un largo olvido y desde 1958 hasta 2006 no se había representado en Inglaterra y siguen siendo escasas las representaciones y grabaciones discográficas.Vaughan-Williams reunió en una suite varios de los números de la obra.

Acto II, escena II de Sir John in Love de Vaughan-Williams por
el conjunto aficionado de Little Patuxent Opera Institute 
del Howard College, Maryland

Hasta aquí las principales óperas que giran alrededor del personaje de Sir John Falstaff, pero antes hemos comentado que volveríamos a hablar de Edward Elgar. Y lo vamos a hacer para comentar la última obra musical sobre el personaje de Shakespeare. Se trata de Falstaff, estudio sinfónico en do menor op. 68. En esta obra Elgar nos relata la vida de Sir John según las dos partes de Enrique IV de Shakespeare. La obra está dividida en cuatro secciones desde las correrías de Falstaff con el Príncipe Enrique, hasta la Coronación de Enrique V y el repudio y muerte de Falstaff. En la segunda sección se describe el sueño de Falstaff cuando era un joven paje, recogido también por Verdi y Boito en su Falstaff  (Quando era paggio).

La obra de Elgar surgió como encargo del Festival de Leeds que solicitó a Elgar en 1912 una obra orquestal para ser estrenada el siguiente año. Elgar que llevaba tiempo pensando en una obra sobre sobre Falstaff, decidió llevarla a cabo para cumplir el encargo. La obra se estrenó en Leeds el 2 de octubre de 1913, bajo la dirección del compositor. Un mes más tarde se estrenó en Londres, y si bien no goza del mismo favor que otras obras orquestales del compositor como Variaciones Enigma, Pompa y Circunstancia, Cocaigne o la Primera Sinfonía, si es una obra plenamente asentada en el repertorio con numerosas grabaciones. Creo que todos los directores británicos que han llegado a Sir nos ha legado su correspondiente grabación. Por citar dos yo me quedaría con Sir John Barbirolli, entre los históricos, y Sir Simon Rattle, entre los actuales.

Nadie como Sir John Barbirolli ha entendido la obra de Elgar.
Junto a su Orquesta Hallé de Manchester interpreta Falstaff
Fantasía Sinfónica, op. 68.

Hasta aquí nuestro repaso musical, pero antes de terminar, y aunque se salga de nuestro campo, no puedo resistirme a citar Chimes at Midnight (Campanadas a medianoche) de Orson Welles (que también encarna a Falstaff) película de 1965 rodada en España, con participación de actores y técnicos españoles, que nos narra de forma magistral la vida de nuestro pícaro caballero.

Orson Welles, Campanadas a medianoche