lunes, 18 de noviembre de 2013

Benjamin Britten: Un monumento a la reconciliación

El 4 de noviembre de 1918 el Teniente Wilfred Owen del ejército británico es abatido en el Canal de Sambre-Oise, en el Norte de Francia. Exactamente una semana más tarde se firma el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Wilfred Owen había vuelto voluntariamente al frente en agosto de 1918, después de recuperarse de las heridas sufridas en otra acción de guerra. Wilfred Owen era poeta.

Wilfred Owen (1893 - 1918)
El 14 de noviembre de 1940 la ciudad de Coventry en Inglaterra es bombardeada por la Luftwaffe, las fuerzas aéreas de la Alemania nazi, en el marco de la operación Blitz, relámpago; en la que la aviación alemana realizó ataques indiscriminados contra todo tipo de objetivos civiles. La Catedral de Coventry quedó reducida a escombros tras este ataque. Al día siguiente de su destrucción, se tomó la decisión de volver a levantar el templo. Dos fragmentos de madera en forma de cruz fueron recogidos por el cantero de la catedral, John Forbes. La sencilla cruz de madera se guardó en una sencilla capilla, en su muro se escribió la frase: Padre perdona. El presbítero de la catedral Arthur Wales hizo otra sencilla cruz con tres clavos medievales de la estructura de la destruida catedral. Con el tiempo la Cruz de clavos se iba a convertir en un símbolo de la reconciliación.


Winston Churchill visita las ruinas de la Catedral de Coventry en 1941
  
El 23 de noviembre de 1943 la aviación aliada bombardea la capital de Alemania, Berlin. La Iglesia del Kaiser Guillermo, en el barrio de Charlottenburg, es alcanzada y convertida en ruinas. El edificio no se iba a reconstruir, apuntalada y asegurada su estructura, la Iglesia del Kaiser Guillermo pasó a ser el recordatorio a la inutilidad de la Guerra.
   
Iglesia del Kaiser Guillermo en Berlin. 1954

La Segunda Guerra Mundial ha finalizado hace algunos años. La reconstrucción de Europa está en marcha. El 23 de marzo de 1956, la Reina Isabel II de Inglaterra, coloca la primera piedra de la construcción de la nueva Catedral de Coventry. El antiguo templo no ha podido ser reconstruido. Los trabajos para la construcción de la nueva catedral durarán seis años. Finalmente, el 25 de mayo de 1962 el templo será consagrado.

Para esta nueva consagración del templo se realizó un festival artístico, en el que se estrenó la ópera King Priam (El rey Príamo) de Sir Michael Tippet, el 29 de mayo de 1962. Para el 30 de mayo, se reservó el estreno en la nueva catedral de otra obra, en este caso de Benjamin Britten.

Britten, pacifista convencido, había abandonado Gran Bretaña rumbo a Estados Unidos, junto al tenor Peter Pears, antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, huyendo de las dificultades que sufrían los pacifistas en ese clima prebélico. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la Embajada del Reino Unido en Estados aconsejó a Britten y Pears a permanecer en tierras americanas como Embajadores Culturales. Pese a todo, Britten y Pears retornaron a Gran Bretaña en 1942. En el periodo de la Segunda Guerra Mundial, Britten iba a componer obras tan importantes como A Ceremony of Carols (1942, compuesta en el largo viaje de regreso), y el ciclo de canciones Seranata para tenor, trompa y cuerdas. Britten se embarcó además durante este tiempo en un importante proyecto, su ópera Peter Grimes, que iba a estrenarse con gran éxito en 1945. Antes de este estreno, Britten se unió al gran violinista Yehudi Menuhin en una gira para los supervivientes de los campos de concentración nazis en Alemania. La impresión que tuvo en el campo de Bergen-Belsen fue tan grande, que no quiso hablar de ella hasta el fin de sus días.

Los años siguientes a la guerra van a estar jalonados de éxitos. Funda el Festival de Aldenburgh junto a Peter Pears y Eric Crozier, el libretista de Peter Grimes. En 1946 estrenará su obra más conocida, las Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell, conocida mundialmente como Guía de orquesta para jóvenes. En el campo de la ópera estrenará La violación de Lucrecia (1946), Billy Budd (1951) y Gloriana (1953), esta última para celebrar para la Coronación de Isabel II de Inglaterra. Las dificultades van a llegar por parte de la política ultraconservadora y homófoba del Ministro del Interior Sir David Maxwell Fyfe. Britten y Pears fueron observados con lupa por las autoridades e, incluso, llegaron a ser visitados por la policía. La década acaba con otro triunfo operístico, El sueño de una noche de verano (1960).

Rostropovich y Britten en Moscú 1964

Al comienzo de la década de los sesenta Benjamin Britten era considerado el músico británico vivo más importante y a nadie extrañó que la comisión de la Catedral de Coventry le encargase una obra para la consagración de la nueva catedral. La comisión dio total libertad al autor para componer sobre lo que considerase. Durante el año 1961 Britten estuvo trabajando en el encargo, el resultado iba a ser su War Requiem (Requiem de Guerra).

Antigua y nueva Catedral de Coventry

Para la composición de su Requiem Benjamin Britten va a acudir al texto latino de la misa de difuntos, en esa tradición de grandes y tremendos Requiem en la que destacan las aportaciones de Mozart, Berlioz o Verdi. La ejecución corre a cargo de una soprano solista, coro de niños, coro mixto y orquesta. Además, un tenor y un barítono acompañados por un conjunto de cámara se encargan de dar vida a los poemas de Wilfred Owen, el oficial británico, fallecido en 1918 al que hacíamos referencia al principio de esta entrada. Aquí podéis leer el texto completo del War Requiem, con el texto latino y los poemas de Owen.

La obra esta dividida en las secciones  tradicionales del oficio de difuntos. Se inicia con el Requiem. Las cuerdas y las campanas de difuntos introducen los primeros compases, el coro comienza a cantar. Cuando se inicia el Te decet hymnus, Deus in Sion (Te alabamos, Dios de Sión) escuchamos el coro de niños, como en otro plano, un plano de irrealidad, como si se tratase de ángeles. Vuelve el coro con las palabras iniciales del Requiem e inmediatamente, entra el tenor con el primer poema de Owen What passing bells for these who die as cattle? (¿Qué fúnebres tañidos se ofrendan para estos que mueren como ganado?). Britten ha elegido poemas de Owen que son un contrapunto en el horror de la guerra a las palabras latinas del Requiem.

La segunda sección Dies irae comienza con las trompetas, como no, que van a llamar a los muertos al juicio final. Otro poema de Owen pone el contrapunto, esta vez en la voz del barítono. Britten ha representado en tenor y barítono a dos soldados, inglés y alemán, que como cantarán en el siguente poema ya a dúo, caminan amistosamente hacia la muerte. Britten hace cantar al final del Lacrimosa, cuando los muertos van a resucitar, un poema de Owen en voz del tenor que nos dice que nada puede resucitar a los muertos en combate, ni siquiera el sol que les dio la vida.

En el Offertorium después de la intervención del coro de niños y del coro, tras nombrar a Abraham, en un ritmo casi danzable iniciado por el canto del coro, tenor y barítono cantan la propia parábola de Owen, en la que Abraham mata a Isaac y con él a la mitad de la semilla de Europa.

En el Sanctus tras un canto de la soprano que se nos antoja arcaizante, el coro responde como si fuese un murmullo de personas hablando entre si, hasta que un toque de trompeta hace que suenen las loas del Hosanna in excelsis. La soprano sigue con el Benedictus acompañada por el coro. El contraste trágico lo pone el barítono con un poema sobre la muerte, nada podrá devolver la vida a los muertos.

El Agnus Dei es un breve momento lírico. El canto del tenor, con una imagen de la guerra en la que no hay Dios, se une al coro que canta el texto latino sobre el cordero de Dios que debe liberar al mundo de sus pecados. Los textos no pueden ser más contradictorios.

La última sección Libera me se inicia con el coro, para continuar con ese canto de la soprano que nos lleva a tiempos remotos, la percusión y el metal recuerdan la guerra. El tenor comienza su canto, luego llegará el barítono, son dos soldados, ya han muerto, la muerte les ha hecho amigos. Durmamos juntos ahora canta el barítono, para dar paso a los niños, coro y soprano que cantan el Im paradisum. Al final todos, los soldados en inglés y el resto en latín va a pedir, con una serena música, el descanso eterno para los caídos. Es ahora, al final de la obra cuando parecen coincidir los mensajes del oficio de difuntos y de los poemas de Owen.

Pese a que el War Requiem fue oficialmente un encargo para la consagración de la catedral, Britten dedicó  la obra, de forma privada, a la memoria de Roger Burney, Subteniente de la Real Reserva de Voluntarios Navales; Piers Dunkerley, Capitán de la Real Infanteria de Marina, David Gill, marinero de la Armada Real y Michael Halliday, Teniente de la Real Reserva de Voluntarios de Nueva Zelanda; amigos de Britten y Pears, que combatieron en la guerra y fallecieron en ella. La excepción fue Piers Dunkerley que, tras una vida de inestabilidad psíquica, se suicidó en 1959, poco antes de su boda.

Para el estreno de la obra el 30 de mayo de 1962 Britten quería que los intérpretes fuesen Peter Pears y Dietrich Fischer-Dieskau, un inglés y un alemán, para los que escribió la obra. La soprano tenía que ser Galina Vishnevskaya, pero el gobierno soviético no la dejó participar. Heather Harper tuvo que sustituirla. Meredith Davies dirigió, ese día en Coventry, a la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birminghan, se contó además con el conjunto de cámara Melos Ensemble, dirigido por el propio Britten, para el acompañamiento a tenor y barítono. Una toma, imagino que radiofónica, del estreno acaba de ser publicada por el sello británico Testament.

La obra fue un absoluto éxito, tanto que seis meses más tarde se grabó en estudio, dirigida por el propio Britten, con la Orquesta Sinfónica de Londres, el Melos Ensemble, Peter Pears, Dietrich Fischer-Dieskau y, esta vez si, la Unión Soviética autorizó a que participase Galina Vishnevskaya. Esta grabación, la más famosa de las existentes del War Requiem fue un auténtico éxito de ventas. Más de 200.000 copias se vendieron en unos pocos meses, record, tratándose de una obra estrictamente contemporánea.

Imagino que alguien se debe estar preguntando a estas alturas el porqué de la referencia a la Iglesia del Kaiser Guillermo en Berlín. En la primera visita que hice a Berlín, hace ya bastantes años, visite esta Iglesia. Conocía la historia del War Requiem de Britten, por ello me llevé una sorpresa al ver que otra Cruz de clavos, hecha con clavos originales de la Catedral de Coventry, había sido donada a la también caída iglesia berlinesa. Del mismo modo que Britten reconcilia a los combatientes, las iglesias derrumbadas por la barbarie de la guerra se habían reconciliado.

Cruz de Clavos de la Iglesia del Kaiser Guillermo en Berlín

La versión que he escogido del War Requiem de Britten es la primera que compré en CD. Dirige Sir John Eliot Gardiner a Luba Orgonasova, Bo Skovhus, Anthony Rolfe Johnson, Monteverdi Choir y Coro y Orquesta de la Radio del Norte de Alemania. Es una grabación en vivo realizada en la, también bombardeada, Iglesia de Santa María de Lübeck en agosto de 1992. Como el ser humano no aprende nunca, la grabación fue dedicada a las víctimas de la guerra de la antigua Yugoslavia.




Puedes leer más sobre la Catedral de Coventry en este enlace.







4 comentarios:

  1. Preciosa entrada, precioso homenaje a Britten. Gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
      Ahora a esperar al jueves para ver al Britten "liederista".

      Eliminar
  2. Muchísimas gracias por la entrada, Manuel. ¡Qué gustazo es leerte!

    ResponderEliminar
  3. Muchísimas gracias a ti por leerme.
    Con lectoras así es un placer escribir. Un saludo.

    ResponderEliminar