Los orígenes de la historia de la ópera en Múnich se remontan a 1657, con el Teatro de la Salvatorplatz. La semilla de la ópera en Baviera estaba sembrada. En 1751 se inauguró el Residenz-Theater (Teatro de la Residencia) del arquitecto François Cuvilliés (hoy se le conoce como el Cuvilliés-Theater, tras su reconstrucción en 1958, para diferenciarlo del nuevo Teatro de la Residencia). Este pequeño y encantador teatro rococó iba a ser el testigo del estreno de una gran obra, Idomeneo, Rey de Creta de Wolfgang Amadeus Mozart el 29 de enero de 1781.
En 1795 cerró el Teatro de la Salvatorplatz. El Teatro de la Residencia con sus 560 plazas se quedaba muy pequeño. Múnich debía tener un nuevo teatro a la altura de sus necesidades.
En 1810 el Rey de Baviera Maximilian I Joseph, atento a la necesidad cultural de la sociedad muniquesa, encargó al arquitecto Karl von Fischer el proyecto del nuevo Königliche Hof- und Nationaltheater (Teatro de la Corte Real y Nacional). Las obras comenzaron en 1811. Problemas financieros retrasaron la ejecución de las mismas, además un incendio en 1817 destruyó parte del nuevo edificio. Finalmente, tras siete años de trabajos, el coliseo muniqués fue inaugurado el 12 de octubre de 1818 con el estreno de Die Weihe (La consagración) de Ferdinand Fränzl. Obra y compositor cayeron en el más profundo de los olvidos.
Pero las cosas no iban a marchar bien para el nuevo teatro. El 14 de enero de 1823 un fuego prendió en los decorados durante la representación de Une folie de Étienne-Nicolas Méhul. Nada se pudo hacer por salvar el edificio. El teatro quedó totalmente destruido por primera vez.
El teatro, con la financiación de la ciudad de Múnich, fue rápidamente reconstruido. El proyecto fue del arquitecto Leo von Klenze. El 2 de enero de 1825 el Teatro Nacional de Múnich volvía a abrir sus puertas.
Poco podemos hablar de lo musical en estos primeros años. La gran época del teatro estaba por llegar. Además aún faltaba una remodelación, por la ampliación de la Maximilianstrasse en 1854. A partir de ese momento el teatro tuvo su aspecto actual.
En 1864 fue coronado Rey de Baviera Luis II, que, en una de sus primeras órdenes, mandó buscar y traer a Múnich a Richard Wagner. La suerte del compositor cambió, y la del Teatro con él. El 10 de junio de 1865 subía al escenario, en su estreno mundial, Tristan e Isolda de Richard Wagner, con la dirección del prometedor director berlinés Hans von Bülow.
Pese a las intrigas y escándalos personales que hicieron que Wagner abandonase Múnich, el Teatro iba a ser testigo de otro gran acontecimiento musical. El 21 de junio de 1868 se estrenaba la obra que se iba a convertir en el símbolo musical de la ciudad. Hans von Bülow, nombrado director de la Ópera de la Corte de Baviera iba a estrenar Los maestros cantores de Núremberg de Richard Wagner.
Sólo con estos dos estrenos, que ya hubiera querido para si cualquier otro teatro, la fama del Teatro de la Corte Real y Nacional estaba garantizada para siempre. Pero iban a venir todavía muchos grandes estrenos como los de El oro del Rin (1869) y La Walkyria (1870) del propio Richard Wagner, pese a la oposición del compositor que quería estrenar la obra completa, El anillo del nibelungo, en un teatro ideal que aún no estaba proyectado.
A partir de 1876 los estrenos de obras de Wagner tuvieron lugar en el Festspielhaus de Bayeruth (Teatro de los Festivales), aunque con la participación de la Orquesta de la Corte y con el apoyo del Rey.
Fallecidos monarca y compositor, Múnich iba a ser aún testigo de un estreno wagneriano. El 29 de junio de 1888 se estrenaba la primera ópera compuesta por Wagner, que permanecía inédita, Las Hadas.
Franz Wüllner, Hermann Levi, Richard Strauss, Hermann Zumpe y Felix Mottl fueron grandes nombres de la dirección que se hicieron cargo de la Ópera de la Corte entre 1870 y 1911. Añadir que Felix Mottl fue el primero de los directores musicales de la institución que iba a fallecer durante una representación de Tristan e Isolda.
Bruno Walter fue el encargado de dirigir musicalmente el Teatro entre 1913 y 1922. A partir de 1918, tras la Primera Guerra Mundial y la caída de las monarquías centroeuropeas, el teatro iba a tomar el nombre de Teatro Nacional.
En estos años hay que destacar los estrenos de El anillo de Polykrates y Violanta de Erich Wolfgang Korngold (1916).
Tras Bruno Walter llegó la era de Hans Knappertsbusch (1922 - 1935) que hizo de Múnich su casa. Gran wagneriano iba a tener que dejar su puesto por motivos políticos. Fue destituido en 1935 por el régimen nazi, que iba a gobernar desde el terror la etapa más oscura de la historia de Alemania.
En la etapa de Knappertsbusch tuvieron lugar los estrenos de Don Gil de las calzas verdes de Walter Braunfels (1924) y El corazón de Hans Pfitzner (1931).
Tras Hans Knappertsbusch la dirección musical fue encargada al gran director austriaco Clemens Krauss, más del agrado de las autoridades nazis que el deslenguado e incorregible Knappertsbusch. Krauss permaneció en el cargo desde 1935 a 1944.
El 24 de julio de 1938 se estrenó en el Teatro Nacional Friedenstag (Día de paz) de Richard Strauss, con dirección de Clemens Krauss. La obra era de carácter pacifista ya con la guerra a la vuelta de la esquina.
La ópera La luna del muniqués Carl Orff se estrenó en 1939. Con la Segunda Guerra Mundial comenzada, se estrenó el 28 de octubre de 1942, Capriccio de Richard Strauss, última ópera del maestro bávaro.
La noche de 3 de octubre de 1943 un ataque aéreo aliado sobre Múnich alcanzó al Teatro Nacional que fue pasto de las llamas. La casa de la Ópera de Baviera quedó completamente en ruinas.
Finalizó la Guerra. En un Múnich devastado por las bombas, la actividad musical volvió a resurgir. La Ópera de Baviera, sin su casa, se tuvo que trasladar al Teatro del Príncipe Regente, una copia del Festspielhaus de Bayreuth, con la que Múnich intentó competir con el festival wagneriano. Hans Knappertsbusch volvió a su puesto, episódicamente. Las autoridades estadounidenses de ocupación en Baviera, no querían a nadie relacionado con la etapa anterior. Knappertsbusch, fue juzgado por posible colaboración con el régimen nazi, juicio al que, indignado, no se presentó. Knapperstsbusch fue declarado no culpable de todos los cargos. Aún así, los norteamericanos eligieron a un inexperto Georg Solti como director de la Ópera de Baviera. Solti iba a iniciar aquí su despegue internacional.
Pero... ¿qué se iba a hacer con el Teatro Nacional? La solución práctica y más económica era demolerlo y construir otro nuevo teatro, idea apoyada por el Parlamento de Baviera. En 1951 se levantaron voces críticas contra esa solución, encabezadas por los directores de orquesta Hans Knappertsbusch, Eugen Jochum y Fritz Rieger y con el apoyo de políticos locales y personalidades de la sociedad muniquesa. El Teatro Nacional no iba a ser demolido, tenía que ser reconstruido. Asi se creó en 1952 la sociedad Freunde des Nationaltheaters (Amigos del Teatro Nacional) para canalizar los esfuerzos dirigidos a la reconstrucción del Teatro.
Tómbolas, actos sociales o conciertos iban dirigidos a captar fondos para la reconstrucción. El Parlamento Bávaro era aún reticente. Uno de los actos más espectaculares fue el concierto, dedicado a valses vieneses, que se celebró en la Sala de Congresos del Museo Alemán en 1955 (Deutsches Museum, el impresionante museo de la ciencia de Múnich). La Orquesta Estatal de Baviera actuó y Hans Knappertsbusch estaba al frente en aquel acto benéfico. Al acabar el viejo Knappertsbusch dijo estas palabras dirigidas al Parlamento: No voy a volver a dirigir en Múnich hasta que el Parlamento de Baviera decida la reconstucción del Teatro Nacional.
Más de doscientas mil firmas recogidas, por iniciativa del Süddeutsche Zeitung (Diario del Sur de Alemania, uno de los periódicos más importantes de Alemania, con sede en Múnich), para dar apoyo al proyecto de reconstrucción hicieron que éste pudiera salir adelante. Las obras de reconstrucción se iniciaron en 1958.
Durante el periodo de exilio forzoso de la Ópera de Baviera, Rudolf Kempe y Ferenc Fricsay se hicieron cargo de la dirección tras la etapa de Georg Solti. En 1959 fue Joseph Keilberth el encargado de dirigir la Ópera de Baviera. En 1963 concluyeron las obras de reconstrucción del Teatro Nacional, con una inversión de sesenta y dos millones de marcos.
El 21 de noviembre de 1963, se van a cumplir cincuenta años, se iba a celebrar la primera representación en el reconstruido teatro. Fue una función para un público invitado, en cartel La mujer sin sombra de Richard Strauss, a la batuta Joseph Keilberth.
Dos días más tarde, el 23 de noviembre de 1963 el Teatro Nacional abrió sus puertas al público en general. En cartel, como no podía ser de otra forma, Los maestros cantores de Núremberg de Richard Wagner. Keilberth volvió a dirigir, no quiso ceder la batuta a Knappertsbusch con el que no tenía una buena relación. Tras una maravillosa La mujer sin sombra, Los maestros cantores dirigidos por Keilberth no estuvieron a la misma altura. Una lástima que no los dirigiese Knappertsbusch. Existe grabación de estas dos representaciones en Deutsche Grammophon y Sony respectivamente.
En 1963 llegó el primer estreno del reconstruido Teatro Nacional, Los esponsales en Santo Domingo de Werner Egk. El 20 de julio de 1968 durante una representación de Tristan e Isolda de Wagner, Joseph Keilberth fallecía en el podio del Teatro Nacional de Múnich, como años antes le sucediera a Felix Mottl en el mismo escenario.
Desde 1971 hasta 1992 el muniqués Wolfgang Sawallisch se hizo cargo de la dirección de la Ópera de Baviera. Entre los nuevos estrenos, Lear de Aribert Reimann (1978), Lou Salome de Giuseppe Sinopoli (1981) o Ubu Rex de Krzysztof Penderecki (1991). Bajo la dirección de Wolfgang Sawallisch se representó toda la obra escénica de Richard Wagner en el Año Wagner 1983. Sawallisch falleció en febrero de 2013.
Peter Schneider, Zubin Metha y Kent Nagano han dirigido la Ópera de Baviera desde 1993 hasta 2013. Desde este verano el nuevo director es Kirill Petrenko. Esta época ha marcado la apertura a las nuevas tecnologías multimedia y al intento de acercar la ópera a todos los públicos con los Live-streaming o las transmisiones en pantalla gigante en las jornadas Oper für alle (Ópera para todos).
He hablado de los directores, una breve reseña a los intendentes, como Klaus Blacher, actualmente en el cargo, o algunos que han marcado una época como Sir Peter Jonas o August Everding.
En cuanto a los cantantes, la nómina es impresionante. Astrid Varnay, Martha Mödl, Ingrid Bjoner, Julia Varady, Lisa della Casa, Lucia Popp, Margaret Price, Marianne Schech, Anneliese Rothenberger, Brigitte Fassbänder, Waltraud Meier, Inge Borkh, Hans Hotter, Dietrich Fischer-Dieskau, Hermann Prey, Fritz Wunderlich, Gottlob Frick, Bernd Aldenhoff, Hans Hopf, Josef Metternich, Kurt Böhme, Kurt Moll y un largo etcétera.
El 21 de noviembre de 2013 para celebrar los cincuenta años exactos de la reapertura del Teatro Nacional, se estrenará una nueva producción de La mujer sin sombra de Richard Strauss, aunque tendré que esperar al 7 de diciembre para poder verla.
Notas:
1. Con la excepción de Idomeneo de Mozart, sólo he hecho referencia a los estrenos que tuvieron lugar en el Teatro Nacional, por eso no aparecen obras importantes como Palestrina de Pfitzner estrenada en 1917 por la Ópera de Baviera, pero en el Teatro del Príncipe Regente.
2. Grabaciones:
Wagner: Tristan e Isolda. Waltraud Meier. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Zubin Mehta. Dirección escénica Peter Konwitschny. Múnich, Teatro Nacional, 1999.
Wagner: Los maestros cantores de Núremberg. Ferdinand Frantz. Coro de la Ópera Estatal de Baviera. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Hans Knappertsbuch. Múnich, Teatro del Príncipe Regente, 1955.
Wagner: Las hadas. Cheryl Studer, Jan-Hendrik Rootering. Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión de Baviera. Director, Wolfgang Sawallisch. Múnich, 1983.
R. Strauss: Día de paz. Hildegard Hillebrecht. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Joseph Keilberth. Múnich, Teatro del Príncipe Regente, 1960.
R. Strauss: Capriccio. Viorica Ursuleac. Georg Wieter. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Clemens Krauss. Múnich, 1942.
J. Strauss, hijo: Cuentos de los bosques de Viena. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Hans Knappertsbusch. Múnich, Sala de Congresos del Museo Alemán, 1955.
R. Strauss: La mujer sin sombra. Ingrid Bjoner, Inge Borkh, Martha Mödl, Jess Thomas, Dietrich Fischer-Dieskau, Hans Hotter. Coro de la Ópera Estatal de Baviera. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Joseph Keilberth. Múnich, Teatro Nacional, 1963 (Función de reapertura).
Wagner: Los maestros cantores de Núremberg. Otto Wiener. Coro de la Ópera Estatal de Baviera. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Joseph Keilberth. Múnich, Teatro Nacional, 1963 (Función de reapertura).
Wagner: El ocaso de los dioses. Nina Stemme, Orquesta Estatal de Baviera. Director, Kent Nagano. Múnich, Teatro Nacional, 2012 (Live-streaming, Ópera para todos).
En 1795 cerró el Teatro de la Salvatorplatz. El Teatro de la Residencia con sus 560 plazas se quedaba muy pequeño. Múnich debía tener un nuevo teatro a la altura de sus necesidades.
En 1810 el Rey de Baviera Maximilian I Joseph, atento a la necesidad cultural de la sociedad muniquesa, encargó al arquitecto Karl von Fischer el proyecto del nuevo Königliche Hof- und Nationaltheater (Teatro de la Corte Real y Nacional). Las obras comenzaron en 1811. Problemas financieros retrasaron la ejecución de las mismas, además un incendio en 1817 destruyó parte del nuevo edificio. Finalmente, tras siete años de trabajos, el coliseo muniqués fue inaugurado el 12 de octubre de 1818 con el estreno de Die Weihe (La consagración) de Ferdinand Fränzl. Obra y compositor cayeron en el más profundo de los olvidos.
Maximilian I Joseph por J. K. Stieler (1822) |
Pero las cosas no iban a marchar bien para el nuevo teatro. El 14 de enero de 1823 un fuego prendió en los decorados durante la representación de Une folie de Étienne-Nicolas Méhul. Nada se pudo hacer por salvar el edificio. El teatro quedó totalmente destruido por primera vez.
El teatro, con la financiación de la ciudad de Múnich, fue rápidamente reconstruido. El proyecto fue del arquitecto Leo von Klenze. El 2 de enero de 1825 el Teatro Nacional de Múnich volvía a abrir sus puertas.
Poco podemos hablar de lo musical en estos primeros años. La gran época del teatro estaba por llegar. Además aún faltaba una remodelación, por la ampliación de la Maximilianstrasse en 1854. A partir de ese momento el teatro tuvo su aspecto actual.
Nationaltheater en 2007 |
Hans von Bülow (1830 - 1894) |
Pese a las intrigas y escándalos personales que hicieron que Wagner abandonase Múnich, el Teatro iba a ser testigo de otro gran acontecimiento musical. El 21 de junio de 1868 se estrenaba la obra que se iba a convertir en el símbolo musical de la ciudad. Hans von Bülow, nombrado director de la Ópera de la Corte de Baviera iba a estrenar Los maestros cantores de Núremberg de Richard Wagner.
Sólo con estos dos estrenos, que ya hubiera querido para si cualquier otro teatro, la fama del Teatro de la Corte Real y Nacional estaba garantizada para siempre. Pero iban a venir todavía muchos grandes estrenos como los de El oro del Rin (1869) y La Walkyria (1870) del propio Richard Wagner, pese a la oposición del compositor que quería estrenar la obra completa, El anillo del nibelungo, en un teatro ideal que aún no estaba proyectado.
Luis II en 1865 por Ferdinand von Piloty |
Fallecidos monarca y compositor, Múnich iba a ser aún testigo de un estreno wagneriano. El 29 de junio de 1888 se estrenaba la primera ópera compuesta por Wagner, que permanecía inédita, Las Hadas.
Franz Wüllner, Hermann Levi, Richard Strauss, Hermann Zumpe y Felix Mottl fueron grandes nombres de la dirección que se hicieron cargo de la Ópera de la Corte entre 1870 y 1911. Añadir que Felix Mottl fue el primero de los directores musicales de la institución que iba a fallecer durante una representación de Tristan e Isolda.
Bruno Walter fue el encargado de dirigir musicalmente el Teatro entre 1913 y 1922. A partir de 1918, tras la Primera Guerra Mundial y la caída de las monarquías centroeuropeas, el teatro iba a tomar el nombre de Teatro Nacional.
En estos años hay que destacar los estrenos de El anillo de Polykrates y Violanta de Erich Wolfgang Korngold (1916).
Tras Bruno Walter llegó la era de Hans Knappertsbusch (1922 - 1935) que hizo de Múnich su casa. Gran wagneriano iba a tener que dejar su puesto por motivos políticos. Fue destituido en 1935 por el régimen nazi, que iba a gobernar desde el terror la etapa más oscura de la historia de Alemania.
En la etapa de Knappertsbusch tuvieron lugar los estrenos de Don Gil de las calzas verdes de Walter Braunfels (1924) y El corazón de Hans Pfitzner (1931).
Hans Knappertsbusch (1888 - 1965) |
El 24 de julio de 1938 se estrenó en el Teatro Nacional Friedenstag (Día de paz) de Richard Strauss, con dirección de Clemens Krauss. La obra era de carácter pacifista ya con la guerra a la vuelta de la esquina.
La ópera La luna del muniqués Carl Orff se estrenó en 1939. Con la Segunda Guerra Mundial comenzada, se estrenó el 28 de octubre de 1942, Capriccio de Richard Strauss, última ópera del maestro bávaro.
La noche de 3 de octubre de 1943 un ataque aéreo aliado sobre Múnich alcanzó al Teatro Nacional que fue pasto de las llamas. La casa de la Ópera de Baviera quedó completamente en ruinas.
Teatro Nacional 1944 (Foto: Freunde des Nationaltheaters) |
Pero... ¿qué se iba a hacer con el Teatro Nacional? La solución práctica y más económica era demolerlo y construir otro nuevo teatro, idea apoyada por el Parlamento de Baviera. En 1951 se levantaron voces críticas contra esa solución, encabezadas por los directores de orquesta Hans Knappertsbusch, Eugen Jochum y Fritz Rieger y con el apoyo de políticos locales y personalidades de la sociedad muniquesa. El Teatro Nacional no iba a ser demolido, tenía que ser reconstruido. Asi se creó en 1952 la sociedad Freunde des Nationaltheaters (Amigos del Teatro Nacional) para canalizar los esfuerzos dirigidos a la reconstrucción del Teatro.
Tómbolas, actos sociales o conciertos iban dirigidos a captar fondos para la reconstrucción. El Parlamento Bávaro era aún reticente. Uno de los actos más espectaculares fue el concierto, dedicado a valses vieneses, que se celebró en la Sala de Congresos del Museo Alemán en 1955 (Deutsches Museum, el impresionante museo de la ciencia de Múnich). La Orquesta Estatal de Baviera actuó y Hans Knappertsbusch estaba al frente en aquel acto benéfico. Al acabar el viejo Knappertsbusch dijo estas palabras dirigidas al Parlamento: No voy a volver a dirigir en Múnich hasta que el Parlamento de Baviera decida la reconstucción del Teatro Nacional.
Más de doscientas mil firmas recogidas, por iniciativa del Süddeutsche Zeitung (Diario del Sur de Alemania, uno de los periódicos más importantes de Alemania, con sede en Múnich), para dar apoyo al proyecto de reconstrucción hicieron que éste pudiera salir adelante. Las obras de reconstrucción se iniciaron en 1958.
Durante el periodo de exilio forzoso de la Ópera de Baviera, Rudolf Kempe y Ferenc Fricsay se hicieron cargo de la dirección tras la etapa de Georg Solti. En 1959 fue Joseph Keilberth el encargado de dirigir la Ópera de Baviera. En 1963 concluyeron las obras de reconstrucción del Teatro Nacional, con una inversión de sesenta y dos millones de marcos.
El 21 de noviembre de 1963, se van a cumplir cincuenta años, se iba a celebrar la primera representación en el reconstruido teatro. Fue una función para un público invitado, en cartel La mujer sin sombra de Richard Strauss, a la batuta Joseph Keilberth.
Dos días más tarde, el 23 de noviembre de 1963 el Teatro Nacional abrió sus puertas al público en general. En cartel, como no podía ser de otra forma, Los maestros cantores de Núremberg de Richard Wagner. Keilberth volvió a dirigir, no quiso ceder la batuta a Knappertsbusch con el que no tenía una buena relación. Tras una maravillosa La mujer sin sombra, Los maestros cantores dirigidos por Keilberth no estuvieron a la misma altura. Una lástima que no los dirigiese Knappertsbusch. Existe grabación de estas dos representaciones en Deutsche Grammophon y Sony respectivamente.
En 1963 llegó el primer estreno del reconstruido Teatro Nacional, Los esponsales en Santo Domingo de Werner Egk. El 20 de julio de 1968 durante una representación de Tristan e Isolda de Wagner, Joseph Keilberth fallecía en el podio del Teatro Nacional de Múnich, como años antes le sucediera a Felix Mottl en el mismo escenario.
Joseph Keilberth (1908-1968) |
Wolfgang Sawallisch (1923-2013) |
"Boris Godunov" de Mussorgski. Oper für alle 2013 |
En cuanto a los cantantes, la nómina es impresionante. Astrid Varnay, Martha Mödl, Ingrid Bjoner, Julia Varady, Lisa della Casa, Lucia Popp, Margaret Price, Marianne Schech, Anneliese Rothenberger, Brigitte Fassbänder, Waltraud Meier, Inge Borkh, Hans Hotter, Dietrich Fischer-Dieskau, Hermann Prey, Fritz Wunderlich, Gottlob Frick, Bernd Aldenhoff, Hans Hopf, Josef Metternich, Kurt Böhme, Kurt Moll y un largo etcétera.
El 21 de noviembre de 2013 para celebrar los cincuenta años exactos de la reapertura del Teatro Nacional, se estrenará una nueva producción de La mujer sin sombra de Richard Strauss, aunque tendré que esperar al 7 de diciembre para poder verla.
Notas:
1. Con la excepción de Idomeneo de Mozart, sólo he hecho referencia a los estrenos que tuvieron lugar en el Teatro Nacional, por eso no aparecen obras importantes como Palestrina de Pfitzner estrenada en 1917 por la Ópera de Baviera, pero en el Teatro del Príncipe Regente.
2. Grabaciones:
Wagner: Tristan e Isolda. Waltraud Meier. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Zubin Mehta. Dirección escénica Peter Konwitschny. Múnich, Teatro Nacional, 1999.
Wagner: Los maestros cantores de Núremberg. Ferdinand Frantz. Coro de la Ópera Estatal de Baviera. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Hans Knappertsbuch. Múnich, Teatro del Príncipe Regente, 1955.
Wagner: Las hadas. Cheryl Studer, Jan-Hendrik Rootering. Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión de Baviera. Director, Wolfgang Sawallisch. Múnich, 1983.
R. Strauss: Día de paz. Hildegard Hillebrecht. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Joseph Keilberth. Múnich, Teatro del Príncipe Regente, 1960.
R. Strauss: Capriccio. Viorica Ursuleac. Georg Wieter. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Clemens Krauss. Múnich, 1942.
J. Strauss, hijo: Cuentos de los bosques de Viena. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Hans Knappertsbusch. Múnich, Sala de Congresos del Museo Alemán, 1955.
R. Strauss: La mujer sin sombra. Ingrid Bjoner, Inge Borkh, Martha Mödl, Jess Thomas, Dietrich Fischer-Dieskau, Hans Hotter. Coro de la Ópera Estatal de Baviera. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Joseph Keilberth. Múnich, Teatro Nacional, 1963 (Función de reapertura).
Wagner: Los maestros cantores de Núremberg. Otto Wiener. Coro de la Ópera Estatal de Baviera. Orquesta Estatal de Baviera. Director, Joseph Keilberth. Múnich, Teatro Nacional, 1963 (Función de reapertura).
Wagner: El ocaso de los dioses. Nina Stemme, Orquesta Estatal de Baviera. Director, Kent Nagano. Múnich, Teatro Nacional, 2012 (Live-streaming, Ópera para todos).
Una historia fascinante de una casa como pocas. Estaremos atentos a tus comentarios de esa nueva "Die Frau" que verás el 7 de diciembre — por cierto, el mismo día de la "prima" en La Scala.
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