lunes, 9 de febrero de 2015

Amores nocturnos

Hoy el blog vuelve al mundo del Lied, quizá el género más hermoso del mundo de la música, aunque no sea el más espectacular. Hoy además el blog se viste de gala, pues son dos de los máximos exponentes del género los que lo visitan. 

Hoy son dos canciones de amor las que nos ocupan. Son también dos canciones nocturnas. Hasta aquí está justificado el título. Son dos de las canciones más conocidas de sus compositores, pero aún hay más coincidencias. Los dos fueron compuestas cuando sus autores tenían treinta y un años. Por desgracia, uno de los autores no iba a cumplir los treinta y dos, el otro iba a doblar esta edad.

Franz Schubert (1797 - 1828) compuso su Ständchen (Serenata) sobre texto de Ludwig Rellstab (1799 - 1860) en otoño de 1828. El 19 de noviembre a las tres de la tarde se apagaba para siempre la voz de uno de los autores más interesantes de la historia de la música. En tan breve tiempo había compuesto más de 600 lieder y había consolidado un nuevo género musical.

Franz Schubert. Retrato de W. A. Rieder

En 1829 el editor Tobias Haslinger publicó en una misma colección siete lieder sobre Rellstab y seis sobre Heine. Además añadió el lied sobre Seidl Die Taubenpost (La paloma mensajera), último lied compuesto por Schubert. Con el nombre de Schwanengesang (Canto del cisne) este ciclo iba a pasar a la historia de la música.

Dentro de esta colección, no es un ciclo propiamente dicho como si lo son  La bella molinera y Viaje de invierno, brillan con luz propia los lieder sobre poemas de Heine. Sin embargo, la celebridad más absoluta la alcanzó la bellísima Serenata que ocupa el cuarto lugar del ciclo. Es una pieza que ha alcanzado autonomía propia, tanto que si un cantante quiere meterse al público en un recital, sólo tiene que cantarla hacia el final. Tiene el éxito asegurado, siempre que la cante bien, claro.

Como he comentado, es una pieza muy hermosa, el piano nos introduce suavemente en materia con unas notas que recuerdan un acompañamiento de guitarra, no en vano es una serenata. La voz del cantante, suave, queda como pide el texto, comienza la primera estrofa de la canción. Están presentes todos los elementos románticos, la exaltación del yo, la amada, la noche, el bosque, la amenaza. La estrofa tiene que ser cantada en piano, sólo una debe notarse una cierta afirmación frente al traidor que escucha acechante. 

La segunda estrofa es idéntica en lo musical. En la tercera, más breve, sube la intensidad, sin exagerar los acentos, sobre el verso final  ¡Ven y hazme feliz! que se repetirá en piano para acabar el lied.

Lo triste de la historia es que Schubert estaba ya en sus últimos días, la enfermedad estaba acabando con su vida, sólo treinta y un años. Nunca sabremos qué le hubiera deparado el futuro, gran sinfonista y gran compositor de cámara, el auténtico padre del lied romántico, sólo la ópera se le resistió. Quién sabe si con unos años más de vida...



Ständchen

Leise flehen meine Lieder
Durch die Nacht zu dir;
In den stillen Hain hernieder,
Liebchen, komm zu mir!
Flüsternd schlanke Wipfel rauschen
In des Mondes Licht,
Des Verräters feindlich Lauschen
Fürchte, Holde, nicht.

Hörst die Nachtigallen schlagen?
Ach, sie flehen dich!
Mit der Töne süßen Klagen
Flehen sie für mich.
Sie verstehn des Busens Sehnen,
Kennen Liebesschmerz,
Rühren mit den Silbertönen
Jedes weiche Herz.

Laß auch dir die Brust bewegen,
Liebchen, höre mich,
Bebend harr' ich dir entgegen!
Komm, beglücke mich!

Ludwig Rellstab
Serenata

Quedo te imploran mis canciones
a través de la noche;
Abajo, en el tranquilo bosque,
¡Amada, ven a mi!
Susurrando las esbeltas copas murnuran
A la luz de la luna,
A la escucha hostil del traidor
No temas, amada.

¿Oyes el canto de los ruiseñores?
¡Ay! ¡Ellos te suplican!
Con el sonido de dulces lamentos
Imploran por mí.
Comprenden el anhelo del pecho,
Conocen las penas del amor,
Conmueven con los argentinos sonidos
A todo corazón sensible.

Deja también conmoverse tu pecho,
Amada, escúchame;
¡Temblando te estoy esperando!
¡Ven y hazme feliz!


Para escuchar esta maravilla tenemos al más grande. Hans Hotter en una grabación de 1956, acompañado por Gerald Moore, canta como nadie este lied. Su inicio recuerda esos Adioses de Wotan de La walkyria de Wagner, en los que pasado el estallido emocional del principio y tras el interludio el dios se despide de su hija con ese quedo e implorante Ese par de radiantes ojos que tantas veces besé sonriendo...

Aquí es a la amada a la que susurra con aterciopelados acentos. Qué ustedes lo disfruten.








Johannes Brahms (1833 - 1897) había estudiado con Robert Schumann. Schumann falleció en 1856. Brahms siempre sintió atracción hacia la viuda de Schumann, Clara. Brahms obtuvo la amistad de Clara, pero nunca su amor. Brahms permaneció soltero toda su vida. 

Johannes Brahms con 20 años


En 1864 en Viena, lugar en el que casi cuarenta años antes Schubert había compuesto su Serenata, Brahms iba a componer uno de sus más célebres lieder, uno de los más bellos de la historia del género.

Brahms leyó un poema basado en un canto popular sorbio, traducido al alemán y que por algún tipo de error atribuyó, y así se publicó al editarse la partitura, a Josef Wenzig. Todavía hoy aparece muchas veces el nombre de Wenzig como autor del texto. En realidad el autor es el bastante más famoso August Heinrich Hoffmann von Fallersleben (1798 - 1874). Sólo recordar que Hoffmann von Fallersleben es el autor del texto del Himno Nacional de Alemania, del que se canta sólo la tercera estrofa.
 
¿Pensaría Brahms en Clara cuando compuso el lied? Pienso que si. Escuchad y juzgad vosotros mismos, teniendo en cuenta que el texto, popular y algo ingenuo recibe una música que le supera en todos los sentidos.




Von ewiger Liebe

Dunkel, wie dunkel in Wald und in Feld!       
Abend schon ist es, nun schweiget die Welt.
Nirgend noch Licht und nirgend noch Rauch,
Ja, und die Lerche sie schweiget nun auch.

Kommt aus dem Dorfe der Bursche heraus,
Gibt das Geleit der Geliebten nach Haus,
Führt sie am Weidengebüsche vorbei,
Redet so viel und so mancherlei:

»Leidest du Schmach und betrübest du dich,
Leidest du Schmach von andern um mich,
Werde die Liebe getrennt so geschwind,
Schnell wie wir früher vereiniget sind.
Scheide mit Regen und scheide mit Wind,
Schnell wie wir früher vereiniget sind.«

Spricht das Mägdelein, Mägdelein spricht:
»Unsere Liebe sie trennet sich nicht!
Fest ist der Stahl und das Eisen gar sehr,
Unsere Liebe ist fester noch mehr.

Eisen und Stahl, man schmiedet sie um,
Unsere Liebe, wer wandelt sie um?
Eisen und Stahl, sie können zergehn,
Unsere Liebe muß ewig bestehn!«

August Heinrich Hoffmann von Fallersleben

Del amor eterno

Oscuridad ¡Qué oscuridad en bosques y campos!
Ya es de noche, ahora calla el mundo.
En ningún lado hay luz,  en ningún lado hay humo,
Hasta la alondra ahora calla.

De la aldea viene un muchacho,
acompaña a casa a su amada,
la guía y atrás quedan los matorrales,
habla mucho y de muchas cosas.

"Sufres vergüenza y te entristeces,
Sientes vergüenza ante otros de mi,
rómpase rápidamente el amor,
tan rápido como antes fue unido.
Sepáremonos con lluvia y separémonos con viento,
tan rápido como antes nos unimos"

Habla la muchacha, la muchacha habla:
"¡Nuestro amor no se romperá!
Fuerte es el acero y también el hierro,
pero nuestro amor es aún más fuerte.

Hierro y acero se pueden forjar,
pero nuestro amor, ¿quién lo cambiará?
¡Hierro y acero pueden fundirse,
nuestro amor existirá eternamente!"




Comienza el lied con la descripción de la noche y una música bella pero oscura. Se describe al muchacho y a la chica que caminan en la oscuridad hacia casa. Vehemente el chico expresa sus miedos la música casi se vuelve violenta. Vuelve la paz y la música se transfigura, alcanza cotas de belleza que Brahms no había introducido. La razón, para mi es evidente, ahora está cantando Clara. Por desgracia para Brahms, Clara nunca le respondió así. Su amor eterno se llamaba Robert.

Christa Ludwig y Erik Werba en una grabación del Festival de Salzburgo de 1963 interpretan esta declaración de amor de Johannes Brahms.


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